domingo, 12 de diciembre de 2010

¿Por qué necesitamos tener recuerdos?

   ¿Por qué me acuerdo de la cara de mis familiares y amigos? ¿Por qué me acuerdo de lo que es el dolor? Imagino que no me acuerdo de nada, no recuerdo a esos familiares y amigos ni lo que hice ayer con ellos, no recuerdo el dolor que sentí cuando me caí por las escaleras, no recuerdo nada... ¿Por qué tengo la necesidad de grabar en mi mente todo aquello que me importa?
   Hasta hace poco no tenía respuesta para esta pregunta pero ya la he encontrado. Necesito los recuerdos para ser feliz y poder aprender a vivir. Sufrir una vez me hace aprender que tengo que hacer para no repetir de nuevo eso que me hace sufrir. Pensar cada mañana al levantarme en mi familia y en mis amigos me hace ser feliz porque tengo gente que me quiere y a la que querer. El recordar un olor o un sabor me hace evadirme de mi realidad de ese momento para volver a aquella realidad que deje con ese olor, lo que me hace sonreír por aquellos momentos pasados.
   Se puede pensar que al tener recuerdos no solo recordamos los buenos momentos que tenemos con la gente, si no que también recordamos los malos: las discusiones, los enfados..., lo que nos puede provocar tristeza porque dejamos de hablarnos con alguien, cierto, también recuerdo cómo discutí ayer con mi madre, pero esos recuerdos de discusiones consiguen hacerte ver qué hacer para evitar esas discusiones por tonterías, y no solo recuerdas como has discutido con una persona a la que quieres, si no que también recuerdas lo bien que estas con esa persona y haces lo imposible por solucionar el problema siempre que sea una persona importante.
   Hay sufrimientos que no se puede evitar como por ejemplo: el sufrimiento de la muerte de un ser querido, por mucho que lo intentes nunca conseguirás evitarte ese sufrimiento. Cuando esa persona no está te acuerdas y lloras, lloras porque no está, porque lo echas de menos...pero gracias a estos recuerdos lloras por los buenos momentos que pasaste junto a esa persona, lloras por la felicidad compartida con esa persona, asique aunque estés llorando, una sonrisa se dibuja en tu cara al recordar los buenos momentos, al recordar sus palabras y sus cosas que lo caracterizan.
   Por tanto, tenemos recuerdos para poder ser felices y aprender a vivir porque gracias a estos recuerdos cada mañana te levantas sabiendo que ese día que se abre ante ti va a ser único y aprendes a aprovechar cada momento para poder guardarlo en tu memoria, y más adelante recordarlo y sonreír... asique espero no borrar nunca mis recuerdos y si es necesario ponerme una memoria extra.

3 comentarios:

  1. Almu, esta disertación me ha encantado, porque me has hecho ver algo que antes no había pensado. Creo que tienes muchísima razón y es una visión muy positiva de la vida. Además, explicas muy bien tus argumentos y razones. En esta te has superado, porque la emoción que transmite es tremenda. ¿Qué sería de nosotros sin los recuerdos? :)
    Pásate por mi blog que he subido una disertación nueva.

    ResponderEliminar
  2. Almudena! Está claro que sin los recuerdos no se puede vivir, porque sin memoria no podríamos tener nunca nada, no hubiésemos evolucionado, no seriamos capaz de querer, comeríamos hasta explotar...imaginate, estaríamos "enfermos".

    ResponderEliminar
  3. Estoy de acuerdo con Arancha, desde que el hombre se dotó de memoria y autoconciencia no puede separase de ella, es una cualidad implícita de los humanos indispensable para la existencia ya que gracias a ella el ser humano ha evolucionado, y sin esos recuerdos tanto malos como buenos que se nos vienen a la mente no podríamos crecer como personas ni aprender nada de lo experimentado.

    ResponderEliminar