domingo, 27 de febrero de 2011

¿Cuál es la mejor etapa de una vida?

 Hace poco, salió en clase la pregunta ¿Por qué decimos que la infancia es  la etapa más feliz de nuestra vida si todavía no hemos terminado de vivir?, Bien pues yo he modificado la pregunta y me he preguntado ¿Cuál es la mejor etapa de mi vida? Y no solo de la mía sino de cualquier vida. Lo he pensado detenidamente y estoy segura que la mejor etapa de mi vida es la adolescencia, sí, esa etapa que estoy viviendo ahora, esa etapa de la que todo el mundo habla mal, pues yo voy a decir algunas de las cosas buenas que le veo a esto: y es que yo quiero poder enfadarme con un amigo por una gran tontería y al minuto que se pase ese enfado, quiero agobiarme el día de antes de un examen, quiero quedar los viernes a las 4 en el plano a tomar café, quiero acostarme un sábado a las 3.30 y a las 7.30 levantarme para irme a Talavera, quiero hacer exposiciones en la clase de filosofía y en la de biología y en todas, quiero poder celebrar que hemos acabado de exámenes, quiero poder decir que alguien es mi amigo, quiero sorprenderme por las nuevas experiencias, quiero que no exista la rutina, quiero escuchar música y saberme todas las canciones que escucho, quiero ir a un concierto de Vetusta Morla, quiero reírme hasta que me duela la tripa, quiero jugar al balón con mis primos pequeños, quiero no preocuparme por el qué dirá la gente, quiero saltarme una clase porque tengo examen, quiero que mi mayor preocupación sea la nota que he sacado en un examen o que disfraz me voy a poner en carnaval, quiero ser adolescente y todo lo que eso conlleva.
   Estoy segura que vosotros os sentiréis identificados con algunas de las cosas que he dicho todas esas cosas son solo cosas que ocurren ahora, por eso creo que la mejor etapa es esta, pero no solo por eso. Ahora, con 16 años, todavía no somos adultos pero estamos en ello, con 16 años ya no somos niños pero el niño que fuimos está con nosotros con una gran intensidad. Ahora, con 16 años estamos impregnados de dos maneras de mirar el mundo muy diferentes: la de un niño y la de un adulto. Todo lo que nos ocurre nos sorprende, nos hace sentir emociones, ya sean alegres o tristes, pero todo nos hace experimentar nuevas emociones, y a la vez intentamos guardar en nosotros todo aquello que nos pueda servir para el futuro, a la vez intentamos hacerle frente a las situaciones con nuestra poca experiencia. Cuando éramos niños las cosas solo  nos sorprendían y todo nos parecía nuevo y una vez que seamos adultos nada nos sorprenderá y nos convertiremos en seres grises y monótonos. No hay nada que podamos hacer para evitarlo y por ello, creo que lo único que podemos hacer para que nuestra fase adulta sea más llevadera, es disfrutar de lo que tenemos en este momento, así siempre sabremos que no hemos desaprovechado los mejores momentos de nuestra vida.
   Se me podría decir que esta etapa no solo trae cosas buenas, ¡claro que no!, nos trae dolor, sufrimiento, agobio y todo ello por el hecho de carecer de la experiencia necesaria y de mirar el mundo como un niño. Es cierto, no solo nos divertimos y somos alegres, es más me atrevería a decir que la mayor parte del tiempo la pasamos enfadados o agobiados o tristes por cualquier cosa, pero esos momentos en los que estamos alegres, divertidos, esos momentos superan a los tristes, a lo mejor son menores pero estoy segura que son mucho mejores, además cuando pasa el tiempo solo quedan los buenos momentos y esos nadie nos los puede quitar. Para evitar agobios lo mejor que podemos hacer es plantar una sonrisa en nuestra cara y afrontar la situación lo mejor que podamos con nuestra poca experiencia porque esa crece día a día, con cada situación que vivimos, y mientras la experiencia aumenta nuestro niño interior va disminuyendo. Y todos aquellos que piensen que la adolescencia es un fastidio yo les digo que no es ningún fastidio, simplemente que ellos no han sabido aprovecharla como es debido y por eso ahora la echan de menos y dicen que es la peor etapa de su vida.
   Ahora voy a intentar responder a lo de ¿por qué decimos que la infancia es la etapa más feliz? Pues como ya he dicho, los niños miran todo lo que ocurre muy sorprendidos, siempre están alegres y tienen algo que hace que esa alegría se contagie a la gente que está con ellos, no tienen que preocuparse de nada, solo de ir a por chuches a la tienda de la plaza, en sus ojos se puede ver el todo y la nada, su sonrisa es despreocupada y desinteresada y con un simple beso y un abrazo de su madre se pasa cualquier lloro y cualquier sufrimiento. Por ello, creo que decimos que esa es la mejor etapa de la vida, pero como ya he dicho para mí la mejor etapa es la adolescencia con su parte de niño y su parte de adulto, con sus sorpresas y sus experiencias aunque la niñez es maravillosa. Lo único que espero es que aunque yo me haga adulta, mis experiencias crezcan y mi niña interior decrezca, espero que esa niña no desaparezca nunca en mi vida y que cuando sea adulta poder sacar a esa niña muy de vez en cuando para que así nunca se me olvida la niña que fui y nunca se me olvide esta etapa tan maravillosa que estoy viviendo rodeada de gente con la que espero seguir en mi etapa adulta.

miércoles, 16 de febrero de 2011

Es obligatorio...

   En esta entrada no voy a poner ninguna disertación personal ni ningún comentario de nada. Voy a poner un poema de Gloria Fuertes, como ya sabemos, Gloria Fuertes es considerada como la poetista de los niños y cualquiera que haya leído una poesía suya estará de acuerdo conmigo cuando digo que sus poesías son geniales, no se si es por el vocabulario que utiliza o por la forma de escribir pero sus poesías me gustan mucho. La primera vez que leí esta poesía me encanto y cada vez que la leo me gusta más. Guarda relación con los derechos humanos, sí, esos derechos que tenemos todos por el simple hecho de ser personas pero que no nos son respetados a todos, por ello, quiero compartir esta poesía y que todos la conozcaís. Aquí la dejo para que cada cual la interprete a su manera.

Es obligatorio tener mitos
y yo gustosa desobedezco,
gustosa me plancho las blusas,
cuando tengo tiempo,
porque antes es hablar con los amigos.
Es obligatorio presentarse con buenas ropas,
con buenas obras -no interesa tanto-,
Es obligatorio no asomarse a la ventanilla,
porque tienes que estar vivo si organizan la guerra.
Es obligatorio silenciar que hay tumultos
porque pueden echarte del trabajo,
y si cantas verdades la celda te preparan,
te preparan el llanto, porque es obligatorio...
sufrir siendo persona,
guardar rencor,
adular al pedante,
llevar medias en los templos,
tener bastantes hijos,
volver mañana,
tener enemigos,
es obligatorio todo esto,
y encima te prohiben escupir en el suelo.

domingo, 13 de febrero de 2011

¿Hay algo después de la muerte?

   Junto con esta pregunta me he hecho muchas más como por ejemplo: ¿Qué habrá después de la muerte?, ¿Por qué morimos?,... ¿Por qué he elegido esta pregunta? Simplemente, porque esta pregunta solo tiene dos respuestas: sí o no. Mi respuesta a esta pregunta es SÍ, hay algo cuando acaba la vida, ¿el qué? no lo se. Quizás no tengo muchos argumentos o se pueden rebatir fácilmente pero son mis argumentos y voy a hacer que los demás entiendan mi punto de vista.
   Todos decimos que la vida es un constante aprendizaje y yo digo ¿si después de la muerte no hay nada, para qué nos sirve aprender todo lo que aprendemos? Todo tiene una utilidad y nada puede dejar de tenerla de un segundo para otro, todo lo que yo aprenda a lo largo de mi vida no puede ser inútil en el momento en el que muero.
   La muerte es un proceso biológico en el que dejamos de respirar y el cuerpo se atrofia y descompone pero un ser humano es mucho más que un trozo de carne, es mucho más que un conjunto de órganos, de sistemas... y no creo posible que todas esas cosas como las ideas, los sentimientos, las cosas aprendidas, el tiempo empleado, los buenos momentos, los recuerdos..., que todo eso deja de existir en el momento en el cual dejamos de respirar, de sentir... todo eso va a algún lugar, todo eso se separa de nuestro cuerpo pero no desaparece, eso conjunto de cosas no aumenta al igual que aumenta cada segundo que vivimos, pero tampoco disminuye ni se consume.
   Mi primer argumento se podría rebatir diciendome que aprendemos constantemente para vivir, para no morir porque después de esta muerte no hay nada, que aprendemos para no equivocarnos, para avanzar individual y colectivamente. Es cierto que aprendemos para mantenernos con vida, pero esos conocimientos no pueden dejar de ser útiles una vez que morimos, esos conocimientos no mueren porque entonces lo inútil sería aprender a vivir, sabiendo que nuestro aprendizaje no servirá para nada.
   Para el segundo argumento se me podría decir que el ser humano es mucho más que un trozo de carne, pero que todo lo demás se mantiene vivo, se sostiene gracias a ese trozo de carne y que una vez que no hay carne no hay nada más. Es posible que todo lo que somos sea gracias a la carne pero no es posible que todo, absolutamente todo desaparezca junto a la carne, los sentidos desaparecen cuando morimos pero no los recuerdos, ni las sonrisas...
   Por tanto, no se acaba todo cuando morimos, mi intuición me dice que algo de nosotros sigue vivo, que hay algo después y aunque no sepamos qué es, ni cómo es, debemos alimentarnos de sensaciones, momentos, concimientos... durante nuestra vida para que así lo que viene después nos sea más sencillo.